CARTAGO – SIDI BOU SAID

Saliendo desde el Puerto de La Goulette y atravesando el pueblo del mismo nombre, se llega al Tofet (cementerio punico) y a los Puertos Punicos que utilizaron los Cartagineses y Romanos para su estrategia naval.
Seguidamente visitaremos el monumento mejor conservado de la Cartago Romana, las Termas de Antonio Pío o Antonino. Por su dimensiones son las terceras en importancia, después de las de Caracalla y las de Diocleciano . En este interesante lugar podremos tomar fotografías del mejor lugar de ocio de los Romanos, mientras se siguen las explicaciones del guía.

Seguiremos a Sidi Bou Said, típico pueblecito pintado de blanco y azul, donde tendremos tiempo libre para recorrer sus calles, hacer compras o tomar un te con piñones (opcional).

MUSEO DEL BARDO Y MEDINA

Una de las atracciones turísticas mas impresionantes de Túnez es el Museo del Bardo, al mismo tiempo un tesoro de hallazgos arqueológicos y una encantadora visita a través de la historia a esta nación del norte de África. Localizado a casi 4 kilómetros de la capital, Túnez, en el antiguo Palacio del Bardo, ofrece una apasionante visión instantánea de la odisea de 3.000 años de Túnez desde tiempos prehistóricos hasta el presente, cuando las excavaciones para descubrir reliquias del pasado aún continúan. Pero es la colección de mosaicos romanos del museo, en su mayoría de los siglos II al IV, lo que realmente se destaca: sus detalles intrincados y color permanecerán en su memoria para siempre. Hay secciones diferentes dedicadas a los capítulos mas importantes de la historia de Túnez, que incluyen las eras púnica, griega, cartaginense, cristiana e islámica y cada una de ellas hace alusión a un mundo olvidado por el tiempo. El Museo del Bardo es historia que cobra vida de la manera mas evocadora y que mas llama la atención.

La Medina de Túnez nos da la bienvenida. Haremos una visita guiada a través de sus bulliciosas calles. La medina de Túnez fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. La Medina es el centro de la ciudad de Túnez: un grupo de callejuelas y pasadizos cubiertos, llenos de densos olores y colores, bulliciosos y activos centros de comercio y trueque, un sin fin de productos en oferta que van desde la marroquinería hasta el utensilios de plástico, desde la mejor filigrana hasta la hojalata, del gran bazar de souvenirs para el turista hasta el minúsculo taller de artesano. Está construida sobre una colina que desciende en suaves pendientes hasta la laguna del Behira por el este.
Contiene unos setecientos monumentos: palacios, mezquitas, mausoleos, madrazas y fuentes de los períodos almohade y hafsí.